La relación entre las empresas fabricantes de productos de gran consumo y los operadores logísticos ha cambiado considerablemente durante las últimas décadas, especialmente tras la proliferación del comercio electrónico. ¿Cuál es la situación actual y hacia dónde evolucionará?
En los últimos 25 años, una parte importante de las empresas del sector del gran consumo ha tendido a externalizar parcialmente sus operaciones logísticas, especialmente las relacionadas con el almacenaje y el transporte. No obstante, la relación contractual entre fabricantes y operadores logísticos ha ido cambiando: en una primera fase, los contratos tenían una duración media de 5 años, pero en la última década ésta se ha reducido considerablemente y ahora la mayoría de los acuerdos se firman para tres años o incluso se revisan anualmente. La realidad, según una nota de Meet Logistics, es que los fabricantes de gran consumo están constantemente lanzando licitaciones para externalizar sus servicios al mejor postor.
Esta situación impacta directamente sobre las empresas proveedoras de servicios logísticos que, debido a los contratos cortos y al enfoque al menor precio posible por parte de sus clientes, no tienen suficiente horizonte para invertir significativamente en mejoras estructurales y/o en automatización.
Como consecuencia, la mayoría de los centros de distribución de productos de gran consumo cuentan con pocos recursos tecnológicos y tienden a funcionar igual que cuando se inauguraron: estanterías, carretillas y, a lo sumo, sistemas de picking por voz. Esto ha llevado a que hoy las empresas usen principalmente dos palancas básicas para conseguir eficiencias: productividad y salarios.
La productividad se consigue mediante la flexibilización de los horarios, la optimización de los procesos de trabajo con metodologías “LEAN” y la inteligencia de los sistemas. Las eficiencias relacionadas con los costes laborales tienen que ver con la precariedad de los contratos, la rotación del personal y los convenios laborales óptimos para la operativa. No obstante, todos estos aspectos tienen un recorrido corto y, en muchos casos, ya se han llevado al límite.
Hay varias tendencias, muchas de ellas consecuencias directas del auge del e-commerce, que están generando una presión adicional para sostener los costes logísticos:
- El incremento del número de referencias existentes.
- El volumen de picking de cajas y de unidades sueltas (las entregas de palé completo son cada vez menos frecuentes).
- La falta de mano de obra o de mano de obra cualificada.
- La necesidad de mayor flexibilidad y capacidad de respuesta.
- Los incrementos del alquiler de almacenes.
- Las estrictas normativas de seguridad en el trabajo (por ejemplo, el peso máximo diario que un operario puede manipular).
Estos aspectos están empujando a los operadores logísticos hacia un cambio de modelo que pasa necesariamente por la automatización de procesos.
Actualmente hay soluciones para picking de capas, cajas y unidades con precios moderados y que consecuentemente son adecuadas para centros de distribución de tamaño medio: las inversiones son menores y las soluciones de robótica ofrecen una mayor flexibilidad que las soluciones automáticas tradicionales. Actualmente los robots ya no están en una jaula, sino que pueden trabajar junto con los operarios, y además constituyen una solución fácilmente escalable.
04-06-2019 / GS1 Perú